miércoles, 3 de octubre de 2012

Hipódromo de La Zarzuela, galardonado con el primer Premio 2012 del Colegio de Arquitectos de Madrid (COAM)


El Recinto de Carreras del Hipódromo de La Zarzuela diseñado por los arquitectos Carlos Arniches, Martín Domínguez y por el ingeniero Eduardo Torroja, está declarado Bien de Interés Cultural (BIC) con categoría de monumento desde octubre de 2009.

Las Tribunas se empezaron a construir en 1935, y al inicio de la Guerra Civil se había construido solamente la estructura. Tras la Guerra Civil se reinician las obras, aunque ya sin los arquitectos Arniches y Domínguez. El Hipódromo se inaugura finalmente en el año 1941, con las instalaciones indispensables para la celebración de carreras de caballos.

El Hipódromo, adscrito a Patrimonio Nacional, está considerado como una de las obras maestras de la arquitectura española del siglo XX, no sólo por el diseño excepcional de la estructura de las tribunas, sino también por su perfecta adaptación funcional, respondiendo a los requerimientos de uso de estos edificios.

Esta obra, supuso una auténtica innovación en los sistemas de construcción, destacando el diseño de las láminas de hormigón que constituyen las marquesinas de los graderíos. Dichas láminas tienen un espesor de 5 cms en el extremo y vuelan casi 13 metros. Su equilibrio se consigue al compensar el peso de dichas cubiertas con los tirantes de los que cuelgan las bóvedas de 6 centímetros de espesor, bajo las que se desarrollan los vestíbulos.

Es también destacable el diseño funcional del recinto, en el que, en el proyecto original, se concibieron dos ejes y dos niveles que ordenaban el conjunto. Dos ejes:Norte-Sur, donde se expanden los edificios de tribunas y el restaurante, que condensan los usos públicos, y Este-Oeste, donde se agrupan los servicios propios e internos de las carreras. En la intersección con de los dos ejes se sitúa el paddock, ligeramente deprimido, y  rodeado por una galería perimetral desde la que el público contempla los caballos antes y después de la carrera. Aquí es donde se perciben más claramente los dos niveles, el del caballo, (inferior) y el del público (superior), que permiten que las circulaciones se realicen de forma independiente.

En su época causó admiración y todavía hoy sigue siendo visitada por arquitectos e ingenieros nacionales e internacionales por constituir un referente dentro de la arquitectura del siglo XX.

Fuente: Dpto. Prensa Hipódromo de La Zarzuela