
Mi amigo Carlos me insiste, de vez en cuando, en que escriba algo para su Web. Yo siempre le digo que soy muy de ciencias, que lo mío nunca han sido las letras, aún así él insiste, y puede llegar a ser muy persuasivo. Supongo que, en parte, me intimida lo mucho que él sabe de caballos, que es casi tanto como lo que saben las yeguas... aunque pensándolo bien no se si esto que acabo de comentar habla bien o mal de mi buen amigo, júzguenlo ustedes mismos.
Ante esta disyuntiva, qué mejor que salirse por la tangente y escribir sobre caballos pero sin hablar de caballos. Y para hacerlo aún más difícil, qué mejor que ponernos el reto de centrarnos en una carrera de venta para caballos de dos años. Con estos antecedentes, si después de todo consigo salir de ésta, quien sabe si en algún otro momento de lucidez vuelvo a aparecer por esta Web.
El título del artículo ya indica por dónde van los tiros, un caballo cuyo nombre es Sekhnet no puede pasar desapercibido en este lote, aunque sólo sea por el nombre. El nombre, Sekhnet, suena a Egipto y a su mitología, en ella Sekhnet representa el sol abrumador, la guerra, la sangre, la violencia.
Intuímos que con estos antecedentes ya habremos captado su atención y estarán interesados en su historia, por lo tanto brevemente la vamos a relatar.
Según la mitología egipcia, Ra, el dios del Sol, no podía permitir la derrota de su pueblo ante sus enemigos y para ayudarles a combatirlos envió a su hija Sekhnet. Ella tenía la cabeza y la ira de una leona y el cuerpo de una mujer humana, no especifican si ese cuerpo era como el de Scarlett Johansson, pero vamos a obviar éste detalle y lo dejaremos a su libre elección.
Al principio todo iba muy bien para los egipcios. La ira de Sekhnet era devastadora, y, de hecho, dice la leyenda que lo fue tanto que, aún después de haber acabado con todos los enemigos, no se detuvo ahí. Su sed de violencia y sangre no estaba satisfecha... así que, sin ningún enemigo mas al que matar, se volvió contra sus aliados, destrozándolos uno por uno sin ningún tipo de distinción, sin piedad.
Egipto iba a quedar desierto si alguien no controlaba la ira de Sekhnet. Para solventar esta situación, Ra le envió al guerrero Onuris, el cual amansó a la leona y la convirtió en Bastet, que en lugar de una cabeza de leona tenía una cabeza de gata. Bastet fue una diosa que gozó de gran popularidad entre los egipcios por su bondad. Su simbología incluía a la maternidad, la música, la danza y la alegría.
No obstante existe otra versión de la historia que cuenta que a algún egipcio asustado se le ocurrió la idea de emborracharla para aplacar su ira... y eso fue lo que hicieron...
Engañaron a Sekhnet y consiguieron emborracharla con vino y con cerveza, explosiva mezcla que los egipcios ya sabían que provocaba una resaca de impresión. Tal y como esperaban disminuyó su ira, se apaciguó, y desde ese momento ya no fue reconocida como Sekhnet sino como Bastet…
Ante esta disyuntiva, qué mejor que salirse por la tangente y escribir sobre caballos pero sin hablar de caballos. Y para hacerlo aún más difícil, qué mejor que ponernos el reto de centrarnos en una carrera de venta para caballos de dos años. Con estos antecedentes, si después de todo consigo salir de ésta, quien sabe si en algún otro momento de lucidez vuelvo a aparecer por esta Web.
El título del artículo ya indica por dónde van los tiros, un caballo cuyo nombre es Sekhnet no puede pasar desapercibido en este lote, aunque sólo sea por el nombre. El nombre, Sekhnet, suena a Egipto y a su mitología, en ella Sekhnet representa el sol abrumador, la guerra, la sangre, la violencia.
Intuímos que con estos antecedentes ya habremos captado su atención y estarán interesados en su historia, por lo tanto brevemente la vamos a relatar.
Según la mitología egipcia, Ra, el dios del Sol, no podía permitir la derrota de su pueblo ante sus enemigos y para ayudarles a combatirlos envió a su hija Sekhnet. Ella tenía la cabeza y la ira de una leona y el cuerpo de una mujer humana, no especifican si ese cuerpo era como el de Scarlett Johansson, pero vamos a obviar éste detalle y lo dejaremos a su libre elección.
Al principio todo iba muy bien para los egipcios. La ira de Sekhnet era devastadora, y, de hecho, dice la leyenda que lo fue tanto que, aún después de haber acabado con todos los enemigos, no se detuvo ahí. Su sed de violencia y sangre no estaba satisfecha... así que, sin ningún enemigo mas al que matar, se volvió contra sus aliados, destrozándolos uno por uno sin ningún tipo de distinción, sin piedad.
Egipto iba a quedar desierto si alguien no controlaba la ira de Sekhnet. Para solventar esta situación, Ra le envió al guerrero Onuris, el cual amansó a la leona y la convirtió en Bastet, que en lugar de una cabeza de leona tenía una cabeza de gata. Bastet fue una diosa que gozó de gran popularidad entre los egipcios por su bondad. Su simbología incluía a la maternidad, la música, la danza y la alegría.
No obstante existe otra versión de la historia que cuenta que a algún egipcio asustado se le ocurrió la idea de emborracharla para aplacar su ira... y eso fue lo que hicieron...
Engañaron a Sekhnet y consiguieron emborracharla con vino y con cerveza, explosiva mezcla que los egipcios ya sabían que provocaba una resaca de impresión. Tal y como esperaban disminuyó su ira, se apaciguó, y desde ese momento ya no fue reconocida como Sekhnet sino como Bastet…
Ni que decir tiene que, como la parte final de la primera historia no es de nuestro agrado, nos vamos a quedar con la segunda versión, simplemente aceptando el hecho de que cada uno puede adorar lo que quiera, pero Carlos y yo adoramos la cerveza…
Toda esta charla tiene que tener algún fin, y además debe servir para sostener nuestros pronósticos de una manera sutil y veraz. Por lo tanto, vamos a sugerirles que se jueguen algún eurillo a la gemela Sekhnet – Benvido, éste último de la cuadra Ra.
A buen entendedor… pues eso, que ya he soltado demasiadas palabras…
Para terminar, si usted es de los que cree que para que se cumplan nuestros pronósticos tendría que darse una gran “Carambola”, no se lo piense y juéguele unos eurillos en la segunda carrera a Torrejón, aunque sólo sea para recuperar la cantidad invertida en la primera.
Lo dicho, el domingo nos tomamos unas cañitas… va por ustedes !!!
Saludetes.